El Patrón del Baile

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    En el transcurso de los cursos de salsa, siempre surge la interrogante de cómo se puede bailar siguiendo la música o cuál es la manera correcta de bailar, siguiendo la música.  Esta premisa tiene muchas vertientes interesantes que se podrían discutir, pero me enfocaré en una en específico: Cómo bailar siguiendo un patrón musical establecido.La realidad es que si nos ponemos filosóficos, diríamos que la música es para disfrutarla y que si te mueves al compás de la misma, y te lo estás gozando, estás bailando correctamente.  La realidad es que alguien, en algún momento, se inventó esta manera para bailar, siguiendo la música y se ha mantenido de esa manera durante años, sin aparente equívoco.  Esta guía, es la misma que se utilizaba o utiliza en el Son Cubano, otra evidencia sobre el origen de la salsa, que tocaremos en otra columna.

    Yo aprendí a dar mis primeros pasos de baile, mirando la gente en las Fiestas Patronales, Plazas Públicas, Fiestas de Marquesina, etc.  Pero cuando aprendí a bailar salsa formalmente, mi maestra, la conocida bailadora e instructora Alicia “Cha Cha” Seguinot, siempre insistía en que debía utilizar el patrón del baile y dejarme llevar por lo que la música pedía.

    En un principio, lo que entendía por esto era que cuando yo sintiera que la música se tornaba más agresiva, tenía que comenzar a bailar con más sabor, que en aquel entonces pensaba que era bailar más ajora’o, más rápido o con más sabor, lo que fuera que entendiera por esa palabra.  Después de varios, debo decir, muchos intentos de seguir el patrón de la música, ella se tomó el tiempo de explicarme con paciencia y de manera detallada, a que se refería.

    Me explicó que cuando la música comenzaba, esa primera parte donde el cantante comienza y continúa la introducción y cuerpo de la canción, es el momento donde se baila con calma, en pareja, sin vueltas rebuscadas, ni complicadas.  Es el momento donde vas conociendo a tu pareja (en caso de ser la primera vez que bailan), es cuando buscas y, con suerte, creas la química ideal para bailar con esa pareja.

    Es el tiempo correcto para jugar con tu pareja y llevarla de un simple básico o “cross body lead” a una combinación sencilla, de pasos y vueltas, sin soltarla o soltándola pocas veces.

    Una vez comienzan los coros y soneos o pregones, entonces la música te permite que utilices esas vueltas complicadas y agresivas que tanto gustan hoy en día.  Ahí debes demostrar cuantas combinaciones diferentes sabes y cuan complicadas pueden ser tus figuras, siempre teniendo en cuenta el nivel de la persona con quien bailes, sus debilidades y fortalezas, que vueltas prefiere hacer o que le hagan.  En este momento se establecen distinciones: el caballero es el cuadro o marco, pero la dama es la pintura; es esa obra de arte que queremos resaltar.

    Me parece que lo más importante es que ambos se disfruten de la pieza musical.  En el momento en que ese baile, se convierta en competencia para alguno de los bailadores, en el contexto del baile social, se perderá gran parte de lo divertido de bailar.

    Otro elemento que siempre debe estar presente, son los pasos libres.  Siempre hay un momento en la canción, donde el bailador debe demostrar sus dotes de solista.  En algunos casos, entra en un debate con su pareja.  En otros, ejecutan los pasos coreografiados.   Independientemente del matiz que la pareja le dé, estos se deben llevar a cabo en momentos donde haya un solo de algún instrumento (puede ser cualquiera) o cuando surge alguna moña (se le llama moña, cuando los diferentes instrumentos de viento o metales, tocan al unísono, creando melodías) o algún corte instrumental.  Usualmente, ese momento de los pasos libres es después de haberse dado una primera parte de coros y soneos.  El final de la pieza, dependerá siempre de cuan bien conozcas la canción y puedas seguir el arreglo o la interpretación de la misma.

    Hoy, este patrón prácticamente no se sigue, siendo una pena, porque la mayor preocupación de muchos de los nuevos bailadores es, precisamente que desconocen qué hacer, quedándose sin vueltas o comienzan a repetirlas en corto tiempo después de haber comenzado la pieza musical.  Otra particularidad es que parece más importante que los demás piensen que bailas bien, por lo que vacilarse la música queda en un segundo plano.

    Al fin y al cabo, esto es solo una forma, una recomendación para que sea más sencillo disfrutarte el baile y asegurarte que siempre se vea elegante.  Bueno, espero que esto les ayude, Dios me los bendiga, hasta la próxima y ya saben, Así es el Mambo…